lunes, 16 de enero de 2012

Luz y Realidad


El paso de la utilización de un material como la cinta de carrocero en espacios urbanos a la generación de esas líneas gráficas a partir de la luz es el siguiente paso del proyecto Espacios en el que llevo inmerso más de tres años.
Mi ausencia durante medio año se debe a la experimentación e investigación para llevar a cabo la continuación del proyecto.

Haciendo una recapitulación rápida de las directrices que he seguido, me he dignado a elaborar el siguiente esquema cronológico que he ido siguiendo:
2009 - Pintura espacial y geométrica a partir de la cual un espacio generado a partir de materiales tradicionales  es ordenado mediante líneas blancas.
2010 - Pintura e instalación, separando el espacio representado del real combinando pintura y escultura. Utilización del cristal como material generador de espacios.
2011 - Instalación e intervención, aprovechando un instrumento directo para generar líneas en espacios reales.
2012 - Instalación e intervención con luz como instrumento.

Pese a la reaccionaria conciencia productora que a veces tengo, el avance va siendo considerable. La luz supone un nuevo límite procedimental a superar. Es uno de los aspectos artísticos que ahora más me fascina, lo que no quiere decir que pueda controlarlo. Parece ser la luz es prácticamente el mayor generador de espacios existente: ya puede ser solar o artificial, está en todas partes. A lo largo de la historia, los debates sobre la propia existencia de los objetos, de su creación y su recepción por parte de nuestros sentidos han sido tan incesantes que la abstracción de conocimientos al respecto se ha quedado en que la conciencia del mundo acaba por no ser ciencia. ¿Los objetos emiten luz? ¿La refractan? ¿Poseen los colores? ¿Los colores son de la luz?
Hace no más de medio año escribí una entrada en este blog que quedó en el olvido. La dificulta de concluir de alguna manera la entrada hacia que cada vez me comiera más y más la cabeza. En ella hablaba de la existencia a partir de la percepción.
Imaginaos un cosmorama en miniatura, el cual se sitúa delante de vosotros. Todo parece normal hasta que el cambio de punto de vista os revela una línea negra que parece que comparten todas las figuras de lo que estáis viendo. Según continuáis girando, parece que todo se va volviendo más negro hasta que, cuando os encontráis en el lado opuesto en el que comenzasteis, todo el lado es negro, es más, todo parece haber desaparecido. ¿La percepción crea o sólo percibe?
Se supone que cuando cerramos los ojos, los monstruos desaparecen, dejan de existir. Ese es uno de los principales reflejos cuando se tiene miedo, al igual que taparnos los oídos o girar la cabeza para no recibir el daño sobre un eje de simetría. La anulación de los sentidos, dice nuestro subconsciente natural, es la vía para que la realidad deje de serlo. El deseo supone la siguiente.
Ya claro, pero ¿qué me puedes decir del tacto? Las personas invidentes aún creen en la realidad. Sí, pero de nuevo, imaginaos el cosmorama de nuevo (si se quiere experimentar la siguiente experiencia únicamente hay que cerrar los ojos y conseguir un bote de cristal vacío). Lo que para nosotros sería la vista central, para el invidente supondría la pequeña superficie táctil que genera los objetos en su mente (lo que se correspondería con la base del bote). Según se avanza hacia atrás, se comprueba que en realidad, era todo apariencia y en la parte trasera no queda más que una ausencia que no consigue clasificar (lo que sería la boca del bote).
Lo único que nos queda en estos casos, es la confianza en el resto de individuos. ¿Pero quién nos dice que los demás no formen parte de la realidad ficticia en la que estamos introducidos? (Lo que bulgarmente se conoce como "estar en el ajo").
La distorsión de la realidad por medio de sustancias como las drogas, en la que la percepción de la realidad cambia completamente, hace aumentar la cuestión sobre si lo visual es real, y lo real es visual. Un estado "normal" (odio la palabra, porque no es cierta) de la conciencia, en reposo, sin ninguna alteración anímica, supone un número más en el colectivo, pero no es por ello más verdadera que otra.
La locura, la depresión y demás enfermedades convendría tenerlas en cuenta sobre la percepción de la realidad ya que, posteriormente a su diagnóstico, son tratadas con drogas para devolverles a la "normalidad". Hablando desde la más absolutas de las ignorancia... ¿quién le asegura a un depresivo que su realidad volverá a ser la misma que la de antes de caer en al depresión? ¿Quién te dice que la realidad que ve un ex-demente no ha sido alterada brutalmente después de su trágica experiencia?

La absorción de los medios visuales por medio de los sentido es el principal objetivo de la obra que quiero crear. El dominio de la luz para generar un discurso mental abierto sobre los espacios y la realidad será el medio por el cual transmitiré una visión propia de espacios localizados para arribar a la reflexión mental.