miércoles, 30 de marzo de 2011

Connexió Sujeto - Trinitat Vella


Al encontrar un espacio que aluda inmediatamente a las ideas de uno, el placer que se obtiene al modificar a tu antojo ese espacio ya concebido por otro, con un pequeño cambio físico y visual con un elemento gráfico variando el resultado mediante un proceso pragmático con el protagonismo del imaginario colectivo por encima de la mera forma y acercamiento individual, que crea una relación cognitiva y corporal con el elemento lineal ya estipulado; es el fruto de la apropiación debida a la inclusión de una porción de identidad propia.
Aún por el carácter efímero que trata la incursión momentánea en el espacio urbano en el que se realiza la intervención, ese lugar se queda marcado simbólicamente mediante el recuerdo del juego espacial que se ha ido produciendo consecutivamente al descubrir las posibilidades infinitas en su producción, lo que quedó hecho y lo que quedó sin hacer, todo en la cabeza del sujeto que ha estado disfrutando de alguna manera con la actividad de conocer el espacio y hacerlo suyo. Al igual que una firma, la estructura lineal deja una parte del sujeto activo, como un resto que puede tener múltiples repercusiones. Así pues, el recuerdo efímero en la mente del autor, el de las personas que rodearon un momento al sujeto, a los cuales les resulta algo fuera de lo "cotidianamente normal", puesto que es un lugar de paso y estancia en el que verdaderamente no pasa nada más allá de la tranquilidad habitual.
También la información gráfica que se muestra en la entrada que muestra todo lo hecho sin tanta carga poética como el recuerdo al que se alude a veces, que duerme en la mente hasta que se recurre a ello.


Siguiendo con el sentido de la obra, se carga todo el sitio de representación de connotación personal y enriquecimiento de la relación de tu cuerpo con él, al pertenecer al sujeto de cierta manera debida a la experiencia resultante: El lugar no volverá a ser el mismo mediante ese proceso de traspaso del ámbito público al personal, que a su vez es independiente en cada persona que lo pisa.

La inclusión del elemento y su combinación con lo estipulado es la modificación gráfica de la experiencia en ese espacio, por muy efímero que sea.




La utilización del icono de la "puerta" como símbolo intruso, dota de un sentido mental a la configuración del espacio del que ya se habló en entradas anteriores, tanto en las reflexiones como en el resto: se estipula una relación performática mental que relaciona el cuerpo con la envoltura y estructura formal. Todo alrededor se convierte en una exclusividad en el espacio, pese a la combinación casi camaleónica en el espacio ya configurado.
La exclusividad, no obstante, de la forma cerrada en una sola línea, y el acercamiento a la escala humana que posee, produce una proximidad mayor del espectador que los "túneles" de columnas con los que juega.
Da la sensación de ser el hermano menor de un espacio tan colosal como es el parque de Trinitat Vella, un elemento combinado con el espacio, que sirve de medio de conexión entre el sujeto y el conocimiento de su situación.


La linea esta vez, es elemento de unión, y no de división de espacios.

Amo d'espais


Imposar noves linias no significa negar la resta, sinó sumar al detall idees mentalment superables.
Amo d'espais, amo de ments.

Imponer nuevas líneas no significa negar el resto, si no sumar al por menor ideas mentalmente superables.
Dueño de espacios, dueño de mentes.

Reflexión: Día 5


Al sobreponerse a la ligereza visual, suavidad táctil de una mancha, tan redondeada que su seguimiento resulta tan placentero como la introducción mental en un espacio onírico, que no posee tendencia hacia algo firme y rudo, algo tan aparentemente inocente que se piensa que es imposible que sea peligroso para el que observa, y teniendo en el ideal imaginario la sensación trascendental de la propia realidad por el simple hecho de que no representa la linealidad de una norma establecida por algún ente físico o etéreo, real o imaginario en todo caso; se evoluciona a lo que es odiado y poco placentero: la imposición llevada al grafismo blanco lineal.
Es entonces cuando aparece la esquina tal y como la conocemos: la intersección de tres líneas a 120º, axonométrica perfecta, cuyo vértice es la convergencia de todas ellas y en el que acaba todo ser que mira ese gráfico tan bien hecho, formado y pensado por aquel que observó que era capaz de trazarse con escuadra y cartabón y del que se definieron tantos ideales en los imaginarios de representación y otras tantas cabezas humanas.
La sugestión por el sentido de la idea preconcebida bajo el yugo de la imposición da como resultado la reverberación ilógica posterior a la desaparición de su autor, tomando la autoría el sujeto que la reproduce como si fuera él el propio dueño impositor de la teoría.
La posesión de una idea se vuelve posesión de la propia idea en el sujeto, lo que conlleva a la apropiación de la mente y, por ende, de la mano que lleva hasta el papel el lápiz reproductor, dejando la huella que otros observarán y por tanto aprenderán.

Las ideas en esa cajita que llamamos cerebro, no son más que ecos reproducidos una y otra vez, seleccionados, sumados y pocas veces utilizados para mostrárselos al siguiente que vengan, el cual sumará muestras de otros manantiales y formará su propio imaginario visual y mental.

Quien absorve, sabe, quien es fuente de lo que absorve, demuestra que sabe.
Posee importancia la posesión cognitiva, pero aún más su didáctica.